sábado, 18 de mayo de 2013

DOS BULEVARES


Según el Diccionario de uso del español de Maria Moliner  un bulevar es una “Calle ancha con árboles y un paseo central”. Y Málaga necesita para materializar sus grandes ejes urbanos esas dos “calles anchas con árboles y un paseo central”.
  
             Málaga necesita convertir en bulevar el eje que forman el Paseo del Parque, la Plaza de La Marina y la Alameda. Y otro gran eje, el que forma el actual cauce del Guadalmedina.  Dos grandes bulevares, unidos entre si  por una gran intersección a la altura del actual Puente de Tetuán que convertirán, estoy seguro, la actual Málaga en una nueva ciudad.
  
         Necesitamos el primer eje. El de Parque-Plaza de La Marina-Alameda. Y lo necesitamos como una gran avenida con árboles y un paseo central peatonal. Sin interferencias exteriores. Sin metro “ligero”, ni tranvía “pesado”. Un paseo central por el que, aunque resulte redundante, se pueda pasear, andar, solazarse, descansar. Un bulevar con dos calzadas laterales para el tráfico en superficie y un espacio central, desde la rotonda central frente al Hospital Noble hasta la nueva rotonda central en el Puente de Tetuán. Bulevar que enlazará con la otra gran zona peatonal de la ciudad. Con el eje de calle Larios y calle Granada. Con el entorno de la Catedral. Con la Málaga del siglo XIX. Con una ciudad que invite a pasearla.
  
          Y un segundo eje, desarrollando las ideas ya aprobadas por todas las Administraciones para la remodelación del cauce del Río Guadalmedina, en la que domina la idea central de un espacio para paseo, unas riberas arboladas y calzadas laterales para el tráfico en superficie, suprimiendo los actuales muros divisorios y poniendo en valor las fachadas de ese nuevo gran bulevar. Bulevar que también enlazará con la espalda de esa Málaga del siglo XIX que tiene otros ejes vectores en calle Carreterías y aledaños. Con la Alameda de Colón y el Soho. Con la nueva Trinidad, Capuchinos y Martiricos. 
  
          Los dos bulevares exigen también llevar el metro hasta La Malagueta y prolongarlo a El Palo. Unir por el subsuelo, en una gigantesca T,  el Norte, Sur y Oeste de la ciudad, instalando en las cabeceras de las líneas grandes aparcamientos públicos, con precios muy bajos, que inviten a abandonar el vehículo privado y usar el transporte público. 

           Dos bulevares que habrían de ser los ejes vectores de la nueva ciudad del siglo XXI. De esa ciudad viva que necesita cuidados diarios, reformas urgentes, pero, sobre todo, grandes ideas a desarrollar a medio y largo plazo.
  
          El  reposo de las ideas, la programación pensando en que será otro el que inaugure la obra soñada, la generosidad de saber que tú pasarás al anonimato pero tu esfuerzo de hoy servirá para hacer duradera una idea,  chocan  con el cortoplacismo en el que está instalada la sociedad,  la  clase política.
  
          Asistimos diariamente al espectáculo de ver como, la más de las veces, la clase política no dedica tiempo a pensar, reposar las ideas, contrastarlas sin apasionamiento y a hacer propuestas más allá de lo que el titular de prensa o el último chat exige de hoy para hoy. Pero ya es hora de que nos planteemos cual es, entre otras ideas-fuerza, el modelo de ciudad que queremos para las próximas décadas. Y aquí es donde hay que ubicar el proyecto de estos dos bulevares.
  
          Y ha de ser nuestro Ayuntamiento el que haga suya, si así lo acepta, esta propuesta. Ayuntamiento, como todos, considerado siempre como una Administración menor de edad, a la que se le quita competencias, se vigila por controladores a los que nadie controla y, las más de las veces, se les saquea de dinero, competencias y territorio. Y ha de ser nuestro Alcalde, como ya ha hecho,  el que presente un proyecto ilusionante de ciudad.
  
   Pero todo lo anterior está resultando prácticamente imposible. Vemos a diario que la ciudad es algo de la que no puede disponerse, cuando para sacar adelante cualquier idea que apoya la lógica y la ciudadanía, hay que negociarlo con otras Administraciones que ni colaboran, ni comprenden, ni arriesgan nada por la ciudad y sus ciudadanos. No y mil veces no. Nosotros elegimos a nuestro Ayuntamiento para que planificara y dirigiera la ciudad. Y ha de ser este Ayuntamiento, democráticamente elegido, el que ha de proponer  las ideas que hagan posible una Málaga mejor.
  
          Sabemos que no hay dinero. Pero lo que debemos proponer no es algo a ejecutar de inmediato. Ha de formar parte de un proyecto de ciudad que debe ser asumido, en primer lugar, por los malagueños, que somos los que debemos decidir qué ciudad queremos, los que pagamos impuestos para que nuestros anhelos sean factibles, los que elegimos a los políticos para que conviertan en realidad aquellas ilusiones. Lo que opinamos los malagueños sobre el Parque, la Alameda y el Guadalmedina ya se sabe sobradamente. Los políticos lo que tienen que hacer es bajar a la calle y oir este clamor ciudadano. Queremos una Málaga mejor. Queremos una ciudad de y con futuro. Exigimos que el dinero público de todas las Administraciones se invierta en aquello que los ciudadanos  piden. 
          
          Para ello es necesario un Pacto por Málaga. Hecho desde Málaga y por los malagueños. Por nuestro Ayuntamiento. Y que las otras Administraciones, de una vez por todas, acaten los deseos de sus ciudadanos, acepten la competencia indiscutible del municipio y ayuden  a conseguir lo que queremos. Entre ello, los dos bulevares.
                                                                                                 Luis Merino Bayona.        
                                       Ex Acalde de Málaga.